Ese chico no merece tus lágrimas

Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

Nunca llamas cuando debes hacerlo y yo nunca duermo cuando debería. Nuestra incapacidad de seguir las reglas se complementa, porque cuando mi teléfono vibraba a las dos de la mañana, sabía que eras tú y tú sabías que estaba despierta.

 

Antes de que pudiera murmurar un cansado “Hola”, me saludaba el sonido de tus lágrimas. Instantáneamente estoy alerta, porque cuando lloras, un pedazo de mi corazón se muere. Lloras y lloras y yo me rompo en mil pedazos del otro lado de la línea, pensando en formas para ayudarte, sanarte porque eso hacen los amigos. Te pregunto las cosas más inútiles “¿Estás bien? ¿Qué pasó?” pero ambas sabemos las respuestas a esas preguntas, las dos sabemos por qué estás llorando, las dos sabemos que es por él.


¿Esto no te cansa, esta rutina de autodestrucción? Él hace algo o mejor dicho, nada y tú aguantas y aguantas hasta que te rompes. Lloras y lloras hasta que has desechado toda la frustración acumulada. Te vacías de la tristeza momentánea y luego te mientes para dar vuelta en “U” de regreso a su dirección.


No se supone que el amor duela, no así. Él no es una variable de dolor; no, él es una constante línea de embalaje de tristeza.


Stephen Chbosky habló con tanta verdad cuando dijo: nosotros aceptamos el amor que creemos que merecemos. ¿Tu autoestima se ha degradado tanto? Y luego replicas, respondes, lloras: Pero estoy siendo la chica que me dijiste que fuera, soy la chica que persigue lo que quiere. Por todo lo que quieras, sé esa mujer. Pero tus deseos son equivocados. Tus objetivos no son lo suficientemente altos, tus estándares no están a la par. 


Por cuando dije, sé la mujer valiente, di a entender que fueras una mujer inteligente y valiente. Respétate lo suficiente para saber que el recipiente de tu búsqueda debe de valer tu maldito tiempo. Escribe tu “felices por siempre” con alguien que te haga reír más de lo que te hace llorar. Porque todos te harán llorar y te lastimarán, pero la clave es encontrar a alguien que te dé más sol que lluvia.


No pude decirte esto por teléfono, no pude aprovechar una pausa entre tus sollozos, por eso estoy escribiendo esto. El chico que te mereces abrirá las puertas, literal y figurativamente. Tendrá la gracia y encanto de un adulto y no la idiotez de un puberto caliente. Te enseñará cosas nuevas, nuevos grupos de música, nuevos libros por leer.

 


Hablará con palabras de verdad y no con la jerga de un niño malcriado que usa los pantalones demasiado abajo. Sus pantalones estarán puestos apropiadamente, de hecho vestirá ropa de verdad. Sabrá lo que es la decencia. Te llevará en coche aunque no se lo pidas, y si no tiene coche, te acompañará a tu casa en el transporte público.


No te va a mandar un mensaje con pocas palabras cada pocas semanas, sus conversaciones serán gramáticamente correctas y mucho más frecuentes. De hecho, te llamará porque no es un cobarde que se esconde detrás de la accesibilidad de la tecnología.


Hará un esfuerzo por llamarte porque querrá escuchar tu voz, una voz que es dulce y melodiosa como la de un ruiseñor. Él será lindo, amable, pero no será perfecto. Será raro por momentos, pero en el sentido adorable. Será tímido pero sólo porque le gustas mucho. Y no sólo le gustarás, él te amará y en realidad será cierto.


Escúchame cuando digo, te mereces ese chico. Todo lo que tienes que hacer es creerlo y tener el coraje de arreglar el estatus quo y sacar la basura de una buena vez. Deja de conformarte, deja de aceptar y comienza a esperar.


Espera a alguien mejor, alguien que se merezca a una chica como tú. Créeme cuando digo, eres digna de adoración, lo vales.

 


(via: Thought Catalog)

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico